martes, 17 de octubre de 2017

Consumismo infantil

Hoy mi reflexión va sobre el "consumismo prenatal". No me refiero a lo que gastan los niños, sino a lo que nos hacen creer que necesita un recién nacido. Recuerdo cuando estaba embarazada de mi hijo mayor, que nos regalaron algo que no queríamos y fuimos a la tienda a cambiarlo. Aún no teníamos casi nada para el bebé, pero ya se encargó la dependianta de decirnos y casi obligarnos a comprar un montón de cosas, de modo especial un calientabiberones. Mi marido y yo miramos por encima y nos fuimos sin nada. No veíamos qué utilidad tenía todo lo que nos decía. 

Parece que los bebés necesitan una cantidad de aparatos cuando van a nacer, que deberíamos tener una habitación sólo para meterlas. Y, de todas esas, ¿cuál nos hace falta de verdad? Me atrevería a decir que ninguna, exceptuando su ropita, pañales... y poco más. El calientabiberones era imprescindible... ¿Para qué si quiero dar de mamar? y así un montón de cosas.
Le damos mucha importancia a comprar lo que esté a la última, y como padres primerizos, no vas a ser menos: lo mejor para tu bebé. Pero ¿nos hemos parado a pensar, estamos preparándonos bien nosotros para recibir a nuestro bebé?


Desde luego no me refiero a cosas materiales. Creo que es más importante dedicar tiempo a hablar con nuestra pareja, sobre la crianza y el hecho de ser padres, que todas las decisones sean de la pareja y no de la familia, amigos, vecina, etc. De ahí la importancia de acompañar a estos padres, desde lo que sienten, darles herramientas para darles seguridad, tranquilidad y desde luego que lo importante ya lo tienen, que es la intuición, el instinto y las ganas de tener a su bebé entre sus manos, ¿Quién necesita más?

No hay comentarios:

Publicar un comentario