Desde la última reunión que tuvimos en el grupo de apoyo a la lactancia, llevo recordando el testimonio de una madre. Desgraciadamente no es el primero con la misma causística, y no será el último hasta que no cambien las cosas.
Ella nos contaba cómo después de tener un bebé pequeño, pero sano, a las tres semanas de su nacimiento acudió a la revisión pediátrica en el hospital. Su hijo había aumentado de peso de manera impresionante en ese tiempo, sólo con lactancia materna. Lo único que salió de la boca del "profesional" fueron palabras hirientes y casi insultantes para la madre. Tenía que darle menos de comer, porque el bebé estaba cogiendo mucho peso en poco tiempo. La madre tiene la culpa de que su bebé esté sano y fuerte.

Para cualquier madre, primeriza o no, en post parto o no, cuando un profesional de la salud, en este caso un pediatra, critica tu buen hacer de madre, con lo que es el mejor alimento para los bebés, la leche materna, se te cae el mundo encima.
La carga que tiene que soportar esa madre es a veces difícil de superar si cerca no tiene un buen apoyo, bien por parte de su pareja, familia, matrona, grupo de crianza.
Después de escucharle, sólo se me ocurrió decir, "pero si lo que había que hacer era felicitarte porque has conseguido que tu bebé esté sano y fuerte, gracias a tu esfuerzo". Ella rompió a llorar, porque sólo había recibido críticas, con lo fácil que es empatizar con la otra persona, y valorar lo que está haciendo.
Así que, mi reconocimiento para cada madre, con su situación, porque cada una hace lo que cree que es lo mejor para su bebé.
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