Hace tiempo que me doy cuenta de lo importante que son las "redes" que nos rodean, o mejor dicho, de las que queremos rodearnos. Cuando uno no tiene hijos, parece que es muy consciente de sus relaciones sociales, amigos, compañeros, familiares, que tiene cerca y que son importantes en su vida. Cuando se tiene un hijo, la cosa cambia. No quiero decir que dejes de tener a esas personas, pero ahora el círculo se reduce cuando realmente piensas en quién te puede echar una mano con tu bebé.

Algunos tienen a sus familiares cerca y saben que en cualquier momento pueden contar con ellos. Esto parece que es lo más habitual... ¿o no? Conozco personas de mi entorno cercano que no tienen familiares en la ciudad donde viven y el instinto de supervivencia y de protección de sus criaturas, hace que sus redes sean otras personas, que no tienen lazos de sangre, pero como si los tuvieran. El papel de la mujer es muy importante, tenemos de forma innata facilidad para crear "nuestra red". Pensando en los hombres y las mujeres de la prehistoria, parece que tiene sentido. Los hombres se dedicaban a cazar y cuidar de la tribu protegiendola de posibles daños y las mujeres se organizaban entre ellas para cuidar sus crianzas. Nuestras redes van desde nuestras amigas, nuestras vecinas, las mamás de los amigos de nuestros hijos, hasta las mamás de los niños del parque... porque cuando hay que echarse una mano, reaccionamos con nuestro instinto, y frente a eso no se puede ni debemos luchar. No quiero terminar sin tener en cuenta también a los papás, maridos, que tanto nos ayudan en el día a día y que también son red con nosotras, y sin los que no podríamos atender ni educar a nuestros hijos.
Seamos conscientes de nuestras redes y cuidemoslas.
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